El Hombre de la Rodilla de Hierro
El era un hombre al inicio común y corriente, trabajaba como todos y mantenía a su familia, pero todo cambio un día de octubre, una imprudencia al volante y las cosas cambiaron en un minuto, al inicio era un hombre fuerte y normal, al siguiente peleaba por su vida pero le faltaban fuerzas, se volvió débil y sus esfuerzos tuvieron que multiplicarse. Pasado el tiempo, había un visitante extraño en una de sus piernas, un prótesis con una forma mas grande que la de la rotula, le ayudaba a sostener todo su peso sobre el resto de su pierna, pero por estar recién puesta, frotaba al hueso y el dolor, aunque fuerte, la mayoría del tiempo lo podía soportar sin gemir, se consideraba fuerte pero aún faltaba largo camino por retomar.
Se dio cuenta que ya no era un soporte para nadie, mas bien era una carga para algunos y eso le dolía; se sentía culpable por el hecho de que su esposa y su hijo habían trabajado para costear la prótesis, se sentía tan culpable e impotente, su papel en la vida de los demás había dado un giro drástico.
Pronto comenzó a caminar y a ganar movilidad en sus piernas, ya era capaz de levantarse de la cama y sentarse sobre ésta, pero aún no se ponía de pie, pues el dolor aumentaba a cada leve movimiento, y sabía que pararse iba a ser muy costoso. Llego el día, cada vez manejaba mejor el movimiento de poder sentarse, y decidió probar pararse; se apoyo sobre su pierna sana y acomodo la otra lista para compartir el peso. Cuando el peso estuvo cerca de ser parejo, la prótesis crujió y nuestro amigo lanzó un potente grito, lanzándose de vuelta a la cama, y este movimiento le produjo un nuevo dolor aún mas profundo; no había sido un buen día.
Cada vez el dolor era mas intenso, pero el lo soportaba más, y más, fue capaz de pararse, y aunque le dolió mucho mas que la vez anterior, olvido el dolor comparado con la alegría de poder pararse de nuevo, de estar al nivel de cualquiera, aunque solo el sabía el dolor de eso, pero tenía claro, que a pesar de la prótesis, podía ser mas fuerte que cualquiera, pero que ahora en adelante todos los movimientos y actividades, le costarían mas que al resto... pero ya sea que el dolor fuera agónico o no, fuera paralizador o no, estaba dispuesto a soportarlo. Estaba de vuelta en el campo y nadie lo sacaría de ahí, aprovecharía cada día de ahora en adelante, por su familia, por sostener sus palabras y mantenerse frente a su hijo, dejo de ver su rodilla como una debilidad, pero aunque hacía que todo le costará el doble que a los demás, ese doble esfuerzo, sabía que los fortalecía cada día, lo revitalizaba cada vez más, Esa rodilla, le cambio la vida.
Se dio cuenta que ya no era un soporte para nadie, mas bien era una carga para algunos y eso le dolía; se sentía culpable por el hecho de que su esposa y su hijo habían trabajado para costear la prótesis, se sentía tan culpable e impotente, su papel en la vida de los demás había dado un giro drástico.
Pronto comenzó a caminar y a ganar movilidad en sus piernas, ya era capaz de levantarse de la cama y sentarse sobre ésta, pero aún no se ponía de pie, pues el dolor aumentaba a cada leve movimiento, y sabía que pararse iba a ser muy costoso. Llego el día, cada vez manejaba mejor el movimiento de poder sentarse, y decidió probar pararse; se apoyo sobre su pierna sana y acomodo la otra lista para compartir el peso. Cuando el peso estuvo cerca de ser parejo, la prótesis crujió y nuestro amigo lanzó un potente grito, lanzándose de vuelta a la cama, y este movimiento le produjo un nuevo dolor aún mas profundo; no había sido un buen día.
Cada vez el dolor era mas intenso, pero el lo soportaba más, y más, fue capaz de pararse, y aunque le dolió mucho mas que la vez anterior, olvido el dolor comparado con la alegría de poder pararse de nuevo, de estar al nivel de cualquiera, aunque solo el sabía el dolor de eso, pero tenía claro, que a pesar de la prótesis, podía ser mas fuerte que cualquiera, pero que ahora en adelante todos los movimientos y actividades, le costarían mas que al resto... pero ya sea que el dolor fuera agónico o no, fuera paralizador o no, estaba dispuesto a soportarlo. Estaba de vuelta en el campo y nadie lo sacaría de ahí, aprovecharía cada día de ahora en adelante, por su familia, por sostener sus palabras y mantenerse frente a su hijo, dejo de ver su rodilla como una debilidad, pero aunque hacía que todo le costará el doble que a los demás, ese doble esfuerzo, sabía que los fortalecía cada día, lo revitalizaba cada vez más, Esa rodilla, le cambio la vida.
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