La Corriente del Amor (PT 3, final)
Si no has leído la parte 2, puedes acceder a ella con un clic aquí.
Oliver despertó y abrió los ojos con mucha calma, el tiempo había corrido mucho y sus vacaciones llegaban a su fin, su madre no estaba y eso le causó curiosidad pues cada vez era mas rutinario el hecho de que ella saliera en la mañana y volviera hasta horas avanzadas de la tarde. Encontró la típica nota de: "Hay comida en el horno" cerca del televisor, ahí era donde su madre sabía que era 100% seguro que su hijo la mirara; Se sirvió y encendió la tele, no había fútbol esta vez, la mañana iba a ser muy aburrida.
Oliver casi no notaba la ausencia de su madre, porque cada vez ocupaba mas tiempo en salir con el viento, cada vez se unían mas ellos dos, cada vez tenían mas confianza, y el viento ayudaba mucho a Oliver a ver las cosas desde otra perspectiva.
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El viento llego sin hacer mucho ruido la tarde de un caluroso martes, acababa de comenzar febrero y el viento estaba muy callado esta vez. -Hola amigo- dijo sin intentar demostrar su característica gracia. -¿Que tienes?- preguntó el chico con la curiosidad a flor de piel, -Escucha, te seré sincero, creo saber porque tu mamá cada vez se ausenta mas y mas, la pude ver en el hospital, y estaba muy nerviosa, pero no pude oír la conversación que tuvo con un médico, espero que no sea algo grave, pero debes demostrarle que cuenta contigo para lo que ella necesite. ¿Porque la amas cierto?- Sin dudarlo- respondió el chico.
El viento se fue y lo dejo solo, los dos sabían que habían cosas que pensar, sobre todo Oliver, que claro que quería saber que pasaba con su madre, y le asustaba un poco el hecho de que ella estuviera vulnerable, pero siempre la había imaginado con mucha fuerza, esta situación era completamente extraña para él, Pero el sabía que pasara lo que pasara, que fuera lo que fuera la situación que su madre estuviera atravesando, la acompañaría sin dudarlo.
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Luego de poco tiempo, su madre entró por la puerta principal, tenía levemente marcadas ojeras en los ojos que también mostraban ligeramente algunas venas marcadas. Oliver la saludó y trató de hacerla reír con un comentario sobre el clima, ella trató de sonreír pero fue evidente que solo logro una pequeña mueca alegre.
El dijo:
-Mamá, ¿estás bien? casi siempre te ríes de lo que digo aunque los chistes sean muy malos.
Su madre río mas esta vez, pero siempre con un cierto grado de desanimo, y le dijo:
-Creo que solo estoy un poco cansada, no te preocupes, estaré bien.
Y le puso la mano en el cabello a su hijo, con amor, y le dijo:
-Ya tienes el cabello largo, irás mañana a cortártelo quiero que parezcas un ser humano...
Ambos sabían que esa discusión iba a durar un buen tiempo.
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Oliver despertó y su madre se preparaba para salir, había pasado unos días desde su última charla seria, y sabía que su madre le ocultaba la verdad; La había visto despierta a altas horas de la noche, cuando el sabía perfectamente que ella evitaba a toda costa desvelarse. Así que le dijo antes de que ella se despidiera de él...
-Mamá, sabes bien que yo sé que te pasa algo serio, Si no quieres decirme para protegerme, lo entiendo, pero no quiero saber por simple curiosidad, quiero saber porque quiero estar ahí para ti, así funcionan las familias y, y, ya no se que decir.
Ella lo miró y por dentro se sintió orgullosa, sabía que su hijo era alguien con intenciones muy buenas y sinceras, y no quería callarlo mas. Contesto después de meditar su respuesta.
-He ido todos estos días al hospital por exámenes y chequeos médicos, mi médico dice que tengo una enfermedad en la sangre que impide que mi sistema inmunologico combata de manera correcta una extraña masa dice el doctor que puede comenzar a afectar mi espina dorsal, si las cosas no mejoran, puedo perder gran parte de la movilidad en mis piernas. Así esta la cosa.
Oliver al oír todo esto, trato de comprenderlo, y sabemos que no sería sencillo tratar de aceptarlo, pero sin decir nada abrazo a su madre, con todas sus fuerzas, no por su condición, si no porque sentía como el valor de su alma traspasaba hacia el cuerpo de su mamá, nada era imposible, no habían límites, lo que fuera necesario hacer, el lo haría.
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Hacía poco viento esa mañana, Oliver salía de su casa y su madre aún dormía, pues los medicamentos eran suministrados en dosis fuertes; el chico iba hacia el hospital, había visto los documentos de su madre y sabía el nombre del médico que atendía el caso de su mamá. Preguntó por él, y dijo en nombre de quien venía, el médico le dijo que lo recibiría en una habitación le dio el número y entraron los dos:
-Dígame, que pasará con mi madre.
-Es difícil aún no estoy seguro y los medicamentos que le receté son para la primera fase, la solución mas factible que parece encajar en este caso, es un trasplante de médula osea, las células madre sanas las usaremos para reparar el daño que haya causado el tumor en la médula de tu madre, solo debemos encontrar el donante adecuado.
Oliver dijo:
-¿Cuanto podría tardar encontrarlo?
-Depende, por lo que necesitamos para tu madre, debe ser alguien joven y sano, de mismo tipo sanguíneo y que tengan cierto grado de compatibilidad genética.
-Doctor, tengo que preguntarle si accede a examinarme y ver si cumplo con las condiciones, yo seré el donante...
-El médico esbozo una sonrisa...
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Ya ha pasado mucho tiempo, Oliver es un adulto y esta en su taller pintando un retrato de su esposa, Margarita, le decía dulcemente:
-Algo me dice que este retrato no quedará tan bello como la modelo, que díces?
Margarita se levanto de su asiento y abrazo por detras a Oliver, sonrío y le beso dulcemente la mejilla, con sus mano derecha acariciaba con cariño una cicatriz de la espalda de su amado, se levantó y dijo:
-Recuerda que tu madre vendrá a cenar con nosotros.
Oliver despertó y abrió los ojos con mucha calma, el tiempo había corrido mucho y sus vacaciones llegaban a su fin, su madre no estaba y eso le causó curiosidad pues cada vez era mas rutinario el hecho de que ella saliera en la mañana y volviera hasta horas avanzadas de la tarde. Encontró la típica nota de: "Hay comida en el horno" cerca del televisor, ahí era donde su madre sabía que era 100% seguro que su hijo la mirara; Se sirvió y encendió la tele, no había fútbol esta vez, la mañana iba a ser muy aburrida.
Oliver casi no notaba la ausencia de su madre, porque cada vez ocupaba mas tiempo en salir con el viento, cada vez se unían mas ellos dos, cada vez tenían mas confianza, y el viento ayudaba mucho a Oliver a ver las cosas desde otra perspectiva.
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El viento llego sin hacer mucho ruido la tarde de un caluroso martes, acababa de comenzar febrero y el viento estaba muy callado esta vez. -Hola amigo- dijo sin intentar demostrar su característica gracia. -¿Que tienes?- preguntó el chico con la curiosidad a flor de piel, -Escucha, te seré sincero, creo saber porque tu mamá cada vez se ausenta mas y mas, la pude ver en el hospital, y estaba muy nerviosa, pero no pude oír la conversación que tuvo con un médico, espero que no sea algo grave, pero debes demostrarle que cuenta contigo para lo que ella necesite. ¿Porque la amas cierto?- Sin dudarlo- respondió el chico.
El viento se fue y lo dejo solo, los dos sabían que habían cosas que pensar, sobre todo Oliver, que claro que quería saber que pasaba con su madre, y le asustaba un poco el hecho de que ella estuviera vulnerable, pero siempre la había imaginado con mucha fuerza, esta situación era completamente extraña para él, Pero el sabía que pasara lo que pasara, que fuera lo que fuera la situación que su madre estuviera atravesando, la acompañaría sin dudarlo.
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Luego de poco tiempo, su madre entró por la puerta principal, tenía levemente marcadas ojeras en los ojos que también mostraban ligeramente algunas venas marcadas. Oliver la saludó y trató de hacerla reír con un comentario sobre el clima, ella trató de sonreír pero fue evidente que solo logro una pequeña mueca alegre.
El dijo:
-Mamá, ¿estás bien? casi siempre te ríes de lo que digo aunque los chistes sean muy malos.
Su madre río mas esta vez, pero siempre con un cierto grado de desanimo, y le dijo:
-Creo que solo estoy un poco cansada, no te preocupes, estaré bien.
Y le puso la mano en el cabello a su hijo, con amor, y le dijo:
-Ya tienes el cabello largo, irás mañana a cortártelo quiero que parezcas un ser humano...
Ambos sabían que esa discusión iba a durar un buen tiempo.
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Oliver despertó y su madre se preparaba para salir, había pasado unos días desde su última charla seria, y sabía que su madre le ocultaba la verdad; La había visto despierta a altas horas de la noche, cuando el sabía perfectamente que ella evitaba a toda costa desvelarse. Así que le dijo antes de que ella se despidiera de él...
-Mamá, sabes bien que yo sé que te pasa algo serio, Si no quieres decirme para protegerme, lo entiendo, pero no quiero saber por simple curiosidad, quiero saber porque quiero estar ahí para ti, así funcionan las familias y, y, ya no se que decir.
Ella lo miró y por dentro se sintió orgullosa, sabía que su hijo era alguien con intenciones muy buenas y sinceras, y no quería callarlo mas. Contesto después de meditar su respuesta.
-He ido todos estos días al hospital por exámenes y chequeos médicos, mi médico dice que tengo una enfermedad en la sangre que impide que mi sistema inmunologico combata de manera correcta una extraña masa dice el doctor que puede comenzar a afectar mi espina dorsal, si las cosas no mejoran, puedo perder gran parte de la movilidad en mis piernas. Así esta la cosa.
Oliver al oír todo esto, trato de comprenderlo, y sabemos que no sería sencillo tratar de aceptarlo, pero sin decir nada abrazo a su madre, con todas sus fuerzas, no por su condición, si no porque sentía como el valor de su alma traspasaba hacia el cuerpo de su mamá, nada era imposible, no habían límites, lo que fuera necesario hacer, el lo haría.
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Hacía poco viento esa mañana, Oliver salía de su casa y su madre aún dormía, pues los medicamentos eran suministrados en dosis fuertes; el chico iba hacia el hospital, había visto los documentos de su madre y sabía el nombre del médico que atendía el caso de su mamá. Preguntó por él, y dijo en nombre de quien venía, el médico le dijo que lo recibiría en una habitación le dio el número y entraron los dos:
-Dígame, que pasará con mi madre.
-Es difícil aún no estoy seguro y los medicamentos que le receté son para la primera fase, la solución mas factible que parece encajar en este caso, es un trasplante de médula osea, las células madre sanas las usaremos para reparar el daño que haya causado el tumor en la médula de tu madre, solo debemos encontrar el donante adecuado.
Oliver dijo:
-¿Cuanto podría tardar encontrarlo?
-Depende, por lo que necesitamos para tu madre, debe ser alguien joven y sano, de mismo tipo sanguíneo y que tengan cierto grado de compatibilidad genética.
-Doctor, tengo que preguntarle si accede a examinarme y ver si cumplo con las condiciones, yo seré el donante...
-El médico esbozo una sonrisa...
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Ya ha pasado mucho tiempo, Oliver es un adulto y esta en su taller pintando un retrato de su esposa, Margarita, le decía dulcemente:
-Algo me dice que este retrato no quedará tan bello como la modelo, que díces?
Margarita se levanto de su asiento y abrazo por detras a Oliver, sonrío y le beso dulcemente la mejilla, con sus mano derecha acariciaba con cariño una cicatriz de la espalda de su amado, se levantó y dijo:
-Recuerda que tu madre vendrá a cenar con nosotros.
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